''De lo que se trata no es de dónde tomas la cosas, sino a dónde las llevas''.
Jean-Luc Godard.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Mar para Bolivia

Mar para Bolivia


Por: Juan Abásolo Llaría @juanabasolo

Tiempo atrás, en un ciclo de charlas sobre la ciudad contemporánea realizado en el Edificio Irene Ariztía del centro de Santiago, asistí a la presentación del proyecto “3 Fronteras”. En él los expositores, que forman parte del Think tank latinoamericano Supersudaca, explicaban lo positivo que sería para Chile solucionar la mediterraneidad de Bolivia, compartiendo la soberanía de Arica, junto a Perú. Es decir, Arica Tri Nacional. Me fui a Bolivia a investigar este conflicto centenario y buscar una posible solución intelectual con una simple interrogante: ¿Por qué Chile tendría que dar mar a Bolivia? Al partir, nunca pensé que al formular esta desafiante pregunta, me podría costar hasta la vida.


La propuesta es la siguiente: Ceder a Bolivia el mismo corredor que se le ofreció en el año 1975, pero además que Arica sea una ciudad donde Chile, Bolivia y Perú compartan su soberanía. Esto a cambio de recursos energéticos, estratégicos y de inversión, entre otras cosas. Ese año la idea del corredor ofrecida por Pinochet no prosperó, ya que Lima se opuso a perder la frontera con nuestro país.

Santa Cruz de la Sierra

I

“No veo donde está el beneficio para nosotros. Santa Cruz lo que menos quiere es depender del occidente, ya ha habido muchos conflictos y si Bolivia tiene acceso al mar, que lo dudo, los Collas van a querer volver al centralismo”. Así contestaba Jeanette C. ejecutiva de Administradora Boliviana de Carreteras, dándome a entender la desunión (e ignorancia) que hay en Bolivia con respecto al tema.

Santa Cruz es una ciudad que en los últimos 30 años creció de 50 mil a 2 millones de habitantes aproximadamente, y todo por el boom de los hidrocarburos. Por eso, cuando fue electo el actual Presidente Evo Morales, la ciudadanía exigió autonomía para la administración de las riquezas de cada departamento, justamente para que “el Evo” no las socialice.

La ciudad más importante del oriente boliviano, que contribuye con el 35% del PIB nacional, se enorgullece de ser capitalista y neoliberal. Acá “entendemos que las cosas hay que verlas de forma más pragmática. Nosotros ahora le vendemos gas a Argentina por un valor muy inferior al que hubiéramos sacado vendiéndoselo a Chile”, me dice un joven ejecutivo de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).

Conversando con la gente me llama mucho la atención que siempre es el mar el blanco de su interés. Nunca el cobre y menos el salitre, siendo que son éstos los recursos que enriquecieron a Chile. Para ellos (la gente común y corriente) el mar tiene un valor místico, como la tierra, la Pachamama.

Ya cuando las entrevistas se multiplican, empiezo a entender las diferencias y desuniones que enferman a Bolivia. Desde que se descubriera el segundo mayor yacimiento de gas natural en Sudamérica y cuarto del continente, el país se dividió entre Cambas (liderados por Santa Cruz) y Collas (por La Paz).

Esta lucha se explica de variadas formas. Una de ellas es cultural, ya que el boliviano oriental dice no tener raíces indígenas y que la mayoría proviene de la inmigración europea. Pero basta con caminar un rato por las veredas con construcciones de estilo jesuita para comprobar la homogeneidad racial de todo el país.

Lo primero que busco en Santa Cruz son librerías. Sólo hay una, el resto son para estudios técnicos. Busco teatros, bibliotecas, es decir centros de cultura, pero la ciudad no ofrece eso. La verdad es que no sé que es lo que ofrece, porque tampoco tiene barrios bohemios, ni instalaciones deportivas. Al parecer el orgullo de los Cambas es el calor que si hay a raudales y durante todo el año, y que unos pocos ganan mucho dinero. El calor los asemeja a Brasil. Se enorgullecen de tener relaciones con Argentina y Brasil, e incluso ocupan palabras cariocas como el saludo “Belleza”.

Pero esta “guerra fría” histórica ha renacido en el último tiempo, y su causa es por los hidrocarburos.

Durante 2003, el entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada era partidario de exportar el gas a EE.UU. por el puerto chileno de Mejillones. El tema encolerizó a occidente (principalmente La Paz y EL Alto), no sólo por usar el puerto nacional, sino porque otra vez las autoridades regalarían los recursos para provecho propio, empobreciendo cada vez al país.

En estas luchas emerge la figura de Evo Morales. Sánchez de Lozada renunció, no se exportó gas a Norteamérica, y años después el líder cocalero del Movimiento al Socialismo (MAS), desde la presidencia, nacionalizó la industria gasífera.

Sánchez de Lozada pretendía recaudar U$180 millones al año exportando a EE.UU. Hoy el gobierno recauda alrededor de U$4.000 millones anuales, aumentando las reservas en divisas y oro de Bolivia a U$9.730 millones. Todo un record histórico.

Pero con el proyecto Arica Tri Nacional, el país altiplánico podría recaudar el doble, gracias al acceso a nuevos mercados (entre ellos Chile) y, por ende, al aumento del precio que cobran actualmente, muy por debajo del valor internacional.

II
Hubo un caso que ejemplifica el clímax de las disputas entre autonomistas y masistas (MAS): el caso Rozsa. Eduardo Rozsa Flores era un húngaro-boliviano que murió baleado por la Policía Boliviana, acusado de ser un mercenario con intenciones de realizar un Golpe de Estado y dividir al país en dos. O sea que la lucha pasó de autonomía a independencia.

Chaías C. es un periodista víctima de esta violencia. Él, en esa época del 2007-09, investigaba la veracidad de la lucha y presunto complot del Comité Pro Santa Cruz (organización civil que luchaba por la autonomía de los departamentos) para dividir Santa Cruz del resto del país. Sus investigaciones no concluyeron descubriendo la verdad, pero al parecer iba en la pista correcta.

Un sábado septiembre de 2009, ocho desconocidos lo abordaron y con cadenas y palos lo golpearon hasta dejarlo moribundo en un barranco del río Piraí. “Al parecer su idea era no matarme, pero sí dar un mensaje a todos los periodistas que investigábamos a los cruceñistas”, explica.

Inconsciente se paró y caminó perdido por las calles de Santa Cruz durante todo el domingo siguiente. Finalmente una amiga lo encontró tirado en un basurero de la periferia de la ciudad: le abrieron la cabeza a golpes lo que le generó problemas de concentración, varios huesos y costillas rotas y dos años de lenta y aun inconclusa recuperación. “Yo sé que fueron los de la Unión Juvenil Cruceñista, que son los mismos nazis que los del Comité Pro Santa Cruz. Son sus hijos. Pero al ser más jóvenes son más violentos”, me cuenta oculto en sus gafas obscuras.

Los cruceñistas por su parte acusan al gobierno de perpetrar un montaje con el caso Rozsa para afectar la imagen de los autonomistas. El tema hoy sigue entrampándose en Tribunales.

Creo que gran parte de estos conflictos (similares a los que ya tuvo Chile), que hoy se han calmado con la aprobación de los gobiernos autónomos, se acabarían con el proyecto Arica Tri Nacional. Ya que de esta forma, el oriente boliviano exportaría a precio competitivo sus productos saliendo del aislamiento en que hoy viven. Así se formaría el equilibrio necesario y la dependencia mutua: Uno extrae y el otro exporta.


III

Como dije, el gas boliviano va mayoritariamente a Argentina y Brasil a un valor muy inferior al tasado internacionalmente. Si Bolivia tuviera acceso al mar, se le abren las posibilidades a otros mercados y en el peor de los casos le seguirían vendiendo a sus antiguos clientes, pero a un precio más favorable.

Veamos a qué precio vende Bolivia el gas a sus vecinos. A Argentina se le cobró en 2007, U$18,016 por mil metros cúbicos, mientras que el promedio anual internacional fue de U$250; en 2008, U$29,79 con un promedio ese año de U$318; en 2009, U$20,51, con un valor promedio anual de U$150, y el 2010 U$25,34 con un valor promedio ese año de U$157 los miles de metros cúbicos de gas.

A Brasil, Bolivia le vende aún más barato, ya que su dependencia con el país carioca es mayor: El 41,38% de las exportaciones bolivianas se dirigen a este país. En 2007, los bolivianos le vendieron mil metros cúbicos de gas natural a un precio especial de U$13,66 a Brasil; en 2008, fue de U$21,92; en 2009, U$16,6, y en 2010, de U$20,12.

Es decir que mientras Argentina paga como promedio durante estos años mencionados sólo el 11,57% del valor real por el gas, Brasil paga el 9,01%. Bolivia tiene casi un 90% de margen para aumentar el precio de su gas, y para lograr eso, Arica es clave.

Chile puede aprovechar estas condiciones y exigir a cambio un precio especial por la cantidad necesaria de gas. Como Bolivia vería aumentaba su cantidad demandada por el acceso a nuevos mercados, podría sin problemas fijar un precio favorable a Chile a largo plazo, sin perjuicio de ninguna de las dos naciones.

Brasil hoy, como potencia emergente, le ofrece a Bolivia la construcción de varias carreteras a lo largo del país. De esta forma su meta está en llegar al océano Pacifico para exportar a Asia el hierro extraído de Mato Grosso del Sur, entre muchos otros minerales. Lo más probable es que cuando esas carreteras estén listas (el actual conflicto del TIPNIS, una carretera que pretendía pasar entre medio de una zona natural protegida, no afecta este punto), Brasil, con su poder político, económico y estratégico presionará a Chile para que éste ceda territorio a Bolivia; o en el mejor de los casos a someterse a las decisiones de Brasilia. ¿O cree usted que Evo Morales cuando habla en las cumbres internacionales no tiene apoyo?

Es por eso que Chile se tiene que adelantar, y la forma es unirse a los vecinos para desarrollar una Arica fuerte y líder en Sudamérica, tal como la Bolsa de Comercio busca la unión, a través de MILA, con sus pares de Perú y Colombia. Arica se puede transformar en una zona clave del continente para el futuro comercio con Asia. Varios análisis de las principales instituciones financieras del mundo auguran que Chile tendrá un lento crecimiento a futuro, incluso se habla de estancamiento. Las razones que provocarían esto serían el alto costo de la mano de obra local, el agotamiento de los recursos naturales y el casi nulo desarrollo de una industria más compleja.

Cochabamba


Al tomar la ruta hacia el norte (y después al oeste), desde Santa Cruz a Cochabamba, se pasa por la simbólica zona donde la hoja de coca crece libre y natural: El Chapare, lugar de formación sindical y bastión político del Presidente Evo Morales.

EE.UU. acusa a la región de ser la productora de gran parte de la cocaína que ingresa a su país, argumentando que más del 50% de la hoja de coca que se cultiva allí va destinada a la producción de la droga. La buena hoja de coca, para su consumo directo, proviene de la provincia de Yungas, al norte de La Paz. Los cocaleros son ex mineros trasladados masivamente durante la década del 80, por la extinción de las minas de Oruro.

Cochabamba es conocida popularmente como la capital cultural de Bolivia. Además de poseer un Índice de Desarrollo Humano levemente superior al promedio de Argentina, es una ciudad de tamaño ideal, ya que no es tan grande para volverla estresante, ni tan pequeña para hacerla provinciana. Su clima, su gente y su ritmo la transforman en una verdadera joya en medio de America del sur. Acá está la esencia de Bolivia, ya que además de ser el único departamento que no limita con fronteras extranjeras, fue la ciudad que produjo el movimiento independentista, gracias a su desarrollo cultural.

Ahí conocí al escritor Adolfo Cáceres Romero, académico de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Premio Nacional de Novela “Marcelo Quiroga Santa Cruz” 2009 por “El Charanguista del Boquerón”, novela histórica que trata sobre la guerra del Chaco. En los días en que lo visité, trabajaba en una novela sobre la Guerra del Pacífico.
Adolfo – le comento – me llama mucho la atención la casi nula relación que tienen nuestros países, siendo que aparte de ser vecinos, culturalmente somos muy parecidos.
Es que todo radica en la cuestión del mar. Cuando acá se informaba a la gente que habíamos perdido el litoral, la gente lloraba desconsoladamente. Fue algo realmente penoso.
Pero ¿Cómo califica el acto de Chile, como un hecho heroico o una invasión?
No, en Bolivia entendemos que Chile necesitaba expandirse, necesitaba sobrevivir. Porque en esa franja y la Patagonia, tenían muy poco. Entonces al norte tenían el salitre y el cobre. Esto le ha servido para surgir, pero no sólo eso, sino que también para disciplinarse y potenciarse; así, cuando le quieras reclamar, nunca puedas, ya que Chile va a estar siempre preparado.

Ese es un punto en que al parecer la mayoría está de acuerdo. Cuando ocurre la independencia, los países quedan formados de acuerdo a la organización española, es por eso que muchos mueven sus piezas para aumentar sus posibilidades. De ahí nacen expansiones e independencias.


Cuando el entonces Presidente boliviano Hilarión Daza peleaba junto a Perú contra Chile en las cercanías de Tacna, Bolivia tenía una estrategia organizada para contraatacar a la ya desierta ciudad de Calama. La idea era que desde Oruro, la 5ta División boliviana recuperara la ciudad minera y dejara a nuestro país entre dos frentes.

¿Qué pasó? El coronel a cargo de esa División, Narciso Campero, convencido a través de dinero y ofrecimientos de altos cargos de poder realizados por el industrial y empresario, Aniceto Arce (quien tenía intereses económicos con sus socios chilenos), se declara Presidente de Bolivia, produciendo el golpe de Estado que finalmente acabaría con toda posibilidad boliviana de recuperar el litoral perdido. La quinta División finalmente cambió de rumbo: se dedicó a defender al nuevo gobierno.

“La quinta división hubiera cambiado la historia de la Guerra del Pacifico. Pero Bolivia fue víctima de la traición de Campero y Aniceto Arce. Por eso Arce finalmente logra como compensación el ferrocarril en beneficio propio”, explica Adolfo Cáceres.

¿Y qué pasaría si 128 años después, Chile cede parte de Arica a los ex rivales de la Guerra del Pacífico y a cambio de eso se les pide, entre otras cosas, la construcción de un gasoducto y un ferrocarril que unan al puerto con las ciudades de La Paz (383 Km.) y Cusco (800 Km.). En la región de la capital del imperio Inca, hay reservas de gas natural calculadas en 334 mil millones de metros cúbicos, donde hoy se produce sólo para los requerimientos de Perú, mientras que las reservas de Bolivia bordean los 750 mil millones, ubicándose cada país en el puesto 32 y 29 de los mayores tenedores de gas natural.

Con el desarrollo del nuevo puerto Tri Nacional, éste podría aspirar a ser un foco de turismo uniéndose a los que ya tienen estas ciudades, además de abastecer al interior de Sudamérica. Es como la fusión entre LAN Airlines y TAM: LATAM. La chilena queda con una participación del 70% aproximadamente y la brasileña con el restante. Es decir, acá se comparte para lograr beneficios mayores. LATAM producirá ganancias mayores que lo que ambas compañías ganaban

En el caso de Arica, no sólo ganaría en ser la capital energética de Chile, sino que también atraería recursos de los tres países (industria inmobiliaria, turismo, comercio, transporte, etc.), lo que en conclusión sería ceder participación para lograr algo más

En nuestro país hay una postura egoísta que gana adeptos en todos los niveles. Se prefiere destruir que compartir. Por ejemplo, el gobierno acepta la construcción de Hidroaysén, destruyendo la Patagonia: Esta región quizá sea lo único que nos diferencia del resto del mundo, como algo propio y único. Es como destruir el Museo de Louvre para extraer energía. Si nuestro país se une a los vecinos no sería necesario destruir riquezas de valor ecológico sin

La guerra y La Paz


I

¿Por qué Chile tendría que dar mar a Bolivia? Porque el mar es nuestro. No, es de Chile. Es nuestro, ustedes lo robaron, pero el mar desde siempre fue nuestro. Pero hoy si tú quieres ir a nadar en él solo puedes como turista y por tres meses.

Ese fue el diálogo que desató la pelea.

En La Paz conocí a Papitsni, joven integrante de los Fscuad, pandilla callejera de hiphoperos que dedicaban su vida a hacer Grafitis, componer Hip-Hop y participar en todo tipo de riñas con sus enemigos Los Cholos. Sus edades promedian los 20 años.

Necesitaba conocer la opinión de la gente común y de los jóvenes. Ya había conversado con intelectuales y empresarios, con académicos y técnicos relacionados a temas energéticos de Bolivia. Me adentré en el submundo de las pandillas de La Paz, ciudad que años atrás lideró la oposición con éxito para que Sánchez de Lozada no venda el gas por los puertos chilenos.

Comprobé que la ciudad encumbrada en Los Andes es la gran metrópoli del país, donde se condensa un dato no menor: Bolivia es el país con la población más joven de Sudamérica. El que tiene menos jóvenes es Uruguay, seguido de Chile.

Por eso y muchas otras razones La Paz es hoy una ciudad vibrante, con una vida nocturna muy agitada. Pero esta vez, a diferencia de las otras ciudades, quise conocer los bajos fondos, de esos que hablan de narcotráfico y disputas entre bandas rivales. Esa Sudamérica famosa por engendrar hijos sin padres que deambulan por la vida de forma instintiva, a veces acertando y otras, las más, no.

Ahí conocí, por medio de Papitsni, a Marlon, Dorion, Rasz, Pachy y Risas, los cabecillas y líderes de los Fscuad. Ellos me demostraron que sí se puede conversar, de cualquier tema, con respeto y altura de miras. ¿Si lo hice con esta pandilla, porque no podrían hacerlo los gobiernos?

“El problema con ustedes los chilenos es que se apoderan de todo: el mar… y la diablada ¿De quién es la diablada?, me preguntaba Dorion.

La Diablada es el baile y alma del Carnaval de Oruro, que también es usado en Chile en la fiesta de la Tirana. Y como entre los tres países nos hemos acostumbrado a pelear por la denominación de origen de todo (Pisco, chicha, empanadas, humitas, cueca, Folclore, cultura andina, etc.), en Bolivia piensan que nos queremos apropiar de algo tan boliviano como su Diablada.

II

Los Cholos, a diferencia de los Fscuad, son una banda formada a mediados de la década del 90 por peruanos llegados de Lima y su fin único es robar y asaltar. Para lograrlo, siempre andan armados de simples cuchillos u hojas filosas. Hoy ya quedan pocos limeños, pero los que siguen en la banda son igual de peligrosos que sus antecesores.

El cholo que sentía como propio el mar no estuvo de acuerdo conmigo de que para bañarse en ellas necesitaba una Visa otorgada por Aduanas de Chile, por lo que sacó su cuchilla y me miró con cara de Haka neozelandés y sin dar más argumento se abalanzó encima mío. Yo atiné a agarrarle los brazos y juntos nos fuimos al suelo. En ese momento comenzaría una de las tantas grescas míticas entre los Fscuad y los Cholos. Era como las antiguas batallas entre Inkas de Cusco y Kollas de Tiwanaku, pero esta vez para defender a un chileno venido de las lejanas tierras de los mapuches.

Marlon venció a dos cholos, pero su brazo, que ocupó de escudo, quedó con sesenta y cinco puntos horas más tarde en un hospital. Papitsni quebró varias botellas de vidrio en la nuca de varios. Una de ellas explotó en la nuca del que quería bañarse en mar chileno por la fuerza. Los otros recibieron una golpiza similar por parte de Rasz, Pachy y Risas: finalmente arrancaron.

Los Fscuad defendieron a muerte a un chileno que por sus medios no les podía dar el ansiado acceso al mar. Creo que la defensa fue por la sincera amistad que nació y porque creían en mi proyecto de mar para Bolivia. “Después de esto, por favor publica tu crónica, para ver si algún día podemos compartir esas costas”.


Me gustaría que así fuera y celebrar en el morro de Arica, transformado en símbolo de unión. Con cebiche peruano, silpancho cochabambino y empanadas de pino chilenas, y bebiendo Pisco Sour limeño, Singani tarijeño, o con una Piscola del Valle del Elqui. Sería una verdadera fiesta de la abundancia.

El impacto mundial y comunicacional que tendría esta unión traería muchas inversiones a la zona. Pero lo más importante, acercaría a tres pueblos hermanos de tradición andina, que tienen más similitudes que diferencias. ¿Por qué Chile tendría que dar mar a Bolivia? Porque le conviene, le conviene a Chile y a sus vecinos. Además cada país tiene lo que le falta al otro: todos juntos haríamos más.

1 comentarios:

Observador dijo...

Todos Juntos haríamos mas!

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